Los 33 mineros

"Dicen que tenemos para rato", "Estamos esperando que todo Chile haga fuerza para que nos puedan sacar de este infierno", con estas frases nos explicaban su desesperante situación los 33 mineros que fueron rescatados hace unos pocos días de su prisión, la mina a la que ellos llamaban infierno.


Imagínense la situación, 33 hombres encerrados en una mina durante casi 2 meses de los cuales 2 semanas estuvieron sin conexión con el mundo exterior, una autentica situación dramática en la que cabe resaltar la increible labor del capataz de los mineros, Luis Urzua por mantener la calma de todos sus trabajadores pero, sobre todo, el increíble apoyo que estos 33 hombres recibieron no solo de Chile sino de todos los lugares del mundo, donando dinero para la causa, mandando camisetas de football, regalos para los mineros, apoyando a las familias etc... 


Lo mas representativo de este trágico incidente fue la forma en la que se volcó el gobierno del país pidiendo ayuda a otras naciones y organizaciones como la NASA (la propietaria de la maquina que sacó a los mineros), a diferencia de lo que hicieron otras naciones, como Rusia en su incidente con el submarino hace ya varios años, que provoco la muerte de una tripulación entera de un submarino por no querer reconocer a tiempo que necesitaban ayuda de otros países y, cuando ésta fue ofrecida, se rechazó por parte de las autoridades rusas, lo que llevó a la muerte a los tripulantes del submarino.


Lo que hicieron los mineros nada más salir fue saludar a sus familiares y sobre todo criticar las condiciones laborales de los mineros en Chile. Manifestaron que con unas instalaciones decentes este accidente no hubiera llegado a pasar, también se ha criticado la cantidad de horas que se trabaja en la mina para luego ganar un sueldo mínimo. Todo esto se lo dijeron al presidente de Chile Sebastián Piñeira que aseguró reformar la legislación sobre las condiciones mínimas que deben presentar las minas.


En mi humilde opinión pienso que se puede sacar algo de este trágico suceso y es la unión que ha presentado el pueblo chileno y el mundo entero frente a esta dramática situación, cosa que hace que crezca mi fe en el ser humano y que demuestra a los pesimistas sobre la humanidad que si trabajamos juntos y unidos podemos hacer todo  lo que nos propongamos, hasta salvar a 33 hombres encerrados en una cueva a 700 metros de profundidad.


Espero que esta experiencia vivida no les lleva a un desequilibrio emocional y puedan volver a su vida cotidiana fuera de los medios de comunicación y del morbo generado por algunos de estos medios.

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